Que mejor lienzo que el piso.
Con el salón desocupado y todo el espacio a nuestra disposición
lo difícil fue comenzar, pero lo más complicado parar. Al terminar regresamos
los pupitres a su puesto y disfrutamos lo hermoso que quedo el salón.
Con el salón desocupado y todo el espacio a nuestra disposición
lo difícil fue comenzar, pero lo más complicado parar. Al terminar regresamos
los pupitres a su puesto y disfrutamos lo hermoso que quedo el salón.
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